20/11/12 | Informes
Dia de la SOBERANIA NACIONAL
En 1845, las dos potencias económicas, polÃticas y bélicas más grandes de la época, Gran Bretaña y Francia, se unieron para atacar a la Argentina, que se encontraba bajo el mando del gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas.
El objetivo de la invasión fue de Ãndole polÃtica y económica: la expansión de sus mercados y la independencia de Corrientes, Entre RÃos y lo que es hoy Misiones para formar un nuevo paÃs, la “República de la Mesopotamiaâ€, que empequeñecerÃa y debilitarÃa a la Argentina y harÃa del Paraná un rÃo internacional de navegación libre.
VenÃan 22 buques de guerra de la marina más poderosa de la tierra, portando 418 cañones, 3000 tripulantes y 880 soldados profesionales, curtidos en el oficio del saqueo, algo que bien habÃan practicado por Asia y Africa. Los patriotas, poco tenÃan más que la resolución de resistir al imperialismo inglés: 4 baterÃas y 2000 gauchos armados con poco más que lanzas y boleadoras.
Rosas decidió hacerles frente a estas dos potencias mundiales y le encargó al general Lucio N. Mansilla conducir la defensa, junto a más de un millar de argentinos.
AsÃ, en un recodo de nuestro ancho Paraná, donde el cauce se angosta y gira, conocido como Vuelta de Obligado, las valientes tropas encadenaron el rÃo para defender nuestro territorio.
Horas de combate precedieron al desembarcó de la infanterÃa francesa que capturó 21 cañones de la resistencia nacional.
Dieron batalla un 20 de noviembre de 1845, en una lucha desigual, la estrategia fijada por Rosas y Mansilla tuvo éxito y las grandes potencias de la época finalmente se vieron obligadas aceptar las condiciones impuestas por la Argentina.
La agresión no estuvo ausente de cómplices internos que abrÃan las puertas al imperialismo contra la causa de una nación federal. Ya Domingo Faustino Sarmiento ofrecÃa la Patagonia a Chile y Carlos de Alvear hacÃa lo mismo con las provincias del norte. El bando unitario habÃa entregado ya el Alto Perú, lo que hoy es Bolivia, y la Banda Oriental.
Por ejemplo, Florencio Varela fue el enviado en 1843 a Londres a pedir que los casacas rojas de la corona invadieran la Argentina para derrocar a Rosas por "la causa de la humanidad". El periodista rioplatense José Rivera Indarte dirigió una campaña de prensa para atribuirle a Rosas cuantas atrocidades pudiera imaginar su delirante pluma.
Doscientos cincuenta patriotas dejaron la vida defendiendo la soberanÃa, otros 400 heridos. Los invasores pudieron forzar el paso pero encontraron una resistencia popular que impidió que cumplieran sus objetivos.
Gracias a esto, las provincias litorales continuaron siendo parte de nuestro territorio y el Paraná es hasta hoy un rÃo interior argentino.
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