08/03/13 | Informes
8 de marzo - DÃa de la Mujer
El 8 de marzo se conmemora el DÃa de la Mujer. Ese dÃa se reafirma “la plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida polÃtica, civil, económica, social y culturalâ€.
A principios del siglo XX, algunas militantes por los derechos de la mujer en Estados Unidos conmemoraban el DÃa de la Mujer el último domingo de febrero. En la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague en agosto de 1910, las delegadas norteamericanas Lena Morrow Lews y May Wood presentaron la moción de celebrar en todo el mundo el DÃa Internacional de la Mujer. La propuesta fue aprobada, pero durante algunos años el DÃa de la Mujer se conmemorarÃa en varios paÃses en diferentes fechas.
El incendio ocurrido en la fábrica textil CompañÃa de Blusas el Triángulo en Estados Unidos el 25 de marzo de 1911 reavivó los reclamos de las trabajadoras que venÃan denunciando las precarias condiciones laborales a las que eran sometidas. La tragedia ocurrió cuando se desató un incendio en la fábrica causando la muerte de 146 trabajadores, en su mayorÃa mujeres.
Recién en 1914, las mujeres del mundo lanzaron un llamado de fraternidad universal y fijaron el 8 de marzo como fecha universal dedicada a la mujer luchadora.
A continuación transcribimos un fragmento del libro Mujeres tenÃan que ser, de Felipe Pigna, donde se relatan aquellos episodios.
Fuente: Felipe Pigna, Mujeres tenÃan que ser. Historia de nuestras desobedientes, incorrectas, rebeldes y luchadores. Desde los orÃgenes hasta 1930, Buenos Aires, Planeta, 2011, págs. 451-453.
Se sigue hablando vagamente, sin muchas precisiones y con muchas contradicciones, del incendio intencional de una fábrica textil tomada por sus trabajadoras en huelga, un 8 de marzo de 1857 como el origen del dÃa internacional de la mujer.
Asà dicho, pareciera que “la principal democracia del mundoâ€, tan afecta a las autocrÃticas cuando éstas ya no implican ningún cuestionamiento serio al sistema sino más bien una ratificación de su mentada “libertad de expresiónâ€, reconociendo sus males, les hubiesen entonces concedido un dÃa en el calendario a las mujeres luchadoras. Pero puede muy bien imaginar el lector que la cosa no fue asÃ.
Aquella tragedia que enlutó a la familia obrera de los Estados Unidos no ocurrió en aquella fecha de mediados del siglo XIX. El incendio de la fábrica textil CompañÃa de Blusas el Triángulo, propiedad de Max Blanck e IsaÃas Harris, se produjo el 25 de marzo de 1911 y comenzó en el octavo piso del edificio dejando un saldo de 146 muertos; la mayorÃa eran mujeres.
Muchas de las trabajadoras muertas venÃan participando de la lucha por sus derechos y habÃan encabezado la huelga del invierno de 1909, que se extendió a 20.000 compañeras afiladas al International Ladies Garment Workers (Sindicato Internacional de Trabajadores de la Ropa).
Las obreras les reclamaban a sus patrones mejoras salariales, reducción de la jornada laboral a ocho horas, descanso dominical y el fin de la explotación de los niños; y al gobierno federal, el control de las condiciones de higiene y seguridad. Denunciaban la inexistencia de salidas de emergencia y de elementos para combatir incendios, muy frecuentes en el rubro textil.
El movimiento logró la firma de convenios favorables a las trabajadores en 300 de las 500 fábricas textiles de Nueva York, pero el gobierno desoyó todos los reclamos dejando obrar a “las sabias leyes del mercadoâ€. Las condiciones laborales en aquellos establecimientos fueron descriptas por una obrera de la siguiente manera: “¡En esos agujeros malsanos, todos nosotros, hombres, mujeres y jóvenes ¡trabajábamos entre setenta y ochenta horas semanales, incluidos los sábados y domingos! El sábado a la tarde colgaban un cartel que decÃa: ‘Si no venÃs el domingo, no hace falta que vengas el lunes’. Los sueños infantiles de un dÃa de fiesta se hicieron añicos. Nosotros llorábamos porque, después de todo, éramos sólo unos niñosâ€. 1 Sobre el mismo tema el poeta Edwin Markham escribió: “En habitaciones sin ventilación, las madres y los padres cosen dÃa y noche y a los niños que están jugando, les llaman para trabajar junto a sus padres. ¿No es cruel una civilización que permite que se agoten estos pequeños corazones y se aplasten los hombros bajo la responsabilidad de los adultos, mientras en los bonitos bulevares de esa misma ciudad, una dama luce un perro engalanado y lo mima en su regazo de terciopelo?â€. 2
El incendio del la fábrica del Triángulo no pasó inadvertido, y la marcha convocada en recuerdo de las vÃctimas y como denuncia de la empresa que no ofrecÃa a sus trabajadores las mÃnimas condiciones de seguridad e higiene, reunió en Broadway a más de 100.000 personas. En el acto de homenaje a las trabajadoras realizado el 2 de abril en el Metropolitan Opera habló la activa militante socialista Rose Schneiderman y dijo: “La antigua Inquisición tuvo su potro de tormento y sus tornillos y sus instrumentos de tortura con los dientes de hierro. We know what these things are today; the iron teeth are our necessities, the thumbscrews are the high-powered and swift machinery close to which we must work, and the rack is here in the firetrap structures that will destroy us the minute they catch on fire. Hoy sabemos cuáles son estas cosas, el dientes de hierro son nuestras necesidades, los tornillos son los de alta potencia de la maquinaria en la que tenemos que trabajar y el potro de tormento está aquà en las estructuras que son trampas en los incendios, que nos destruirán al minuto en que ardanâ€.Recordando a las mujeres de Salem que fueron quemadas vivas acusadas de brujerÃa por oponerse al corrupto y supersticioso poder de su tiempo, señaló: “Esta no es la primera vez que las niñas han sido quemadas vivas en esta sociedadâ€. Y volvió a levantar su dedo acusador: Every week I must learn of the untimely death of one of my sister workers. “Cada semana me entero de de la prematura muerte de un hermano trabajador. Every year thousands of us are maimed. Cada año, miles de nosotros somos mutilados. Mientras que nuestras vidas no valen nada la propiedad privada es sagrada. Hay tantos de nosotros para un trabajo que poco importa si son 146 los que caen quemados hasta la muerteâ€. 3
Rose era de una de aquellas militantes socialistas de los Estados Unidos que venÃan conmemorando el Women’s Day el último domingo de febrero desde 1909 para promover el derecho de las mujeres a votar. Al año siguiente en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague los dÃas 26 y 27 de agosto de 1910, las delegadas norteamericanas Lena Morrow Lewis y May Wood Simons, transmitieron su experiencia a sus compañeras y presentaron la moción de celebrar en todo el mundo el “DÃa Internacional de la Mujerâ€. La propuesta, apoyada por la representante alemana Clara Zetkin, fue aprobada. En los años sucesivos los distintos paÃses conmemoraron la fecha en diferentes dÃas hasta que en 1914, en vÃsperas de la Primera Guerra Mundial, las mujeres del mundo lanzaron un llamado a la fraternidad universal, alertaron sobre los desastres de la guerra “intercapitalista en la que el pueblo pondrá los muertos para que los mismos de siempre se enriquezcan aun másâ€; y fijaron el 8 de marzo como fecha universal dedicada a la mujer luchadora. Tres años más tarde las mujeres encendÃan un 8 de marzo de 1917 la chispa que encenderÃa la Revolución Rusa. Ese dÃa miles de mujeres encabezaron motines de protesta contra el hambre y la miseria provocados por el decadente régimen zarista.
A partir del triunfo de los bolcheviques y de la extensión del bloque de los paÃses socialistas, en recuerdo de aquellas mujeres pioneras, la fecha 8 de marzo se instaló detrás de la cortina de hierro como el “DÃa de la mujer comunistaâ€.
Referencias:
1 En Howard Zynn, La otra historia de los Estados Unidos, Madrid, Siglo Veintiuno, 1999.
2 Idem.
3 Rose Schneiderman, El Triángulo de fuego, 1911.