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30/01/14 | Varios / Sugerencias

Isela Costantini, presidenta local de GM: "Es un gran desafío atraer inversionistas en este momento"

Image Cuando, en 2009, General Motors presentó su nuevo modelo de negocios –la nueva GM, como se apodó a la empresa luego del pedido de quiebra en los Estados Unidos–, Isela Costantini era la encargada de planificar y decidir qué productos entrarían a la región, que de pronto se había transformado en “muy relevante” para la automotriz, con Brasil a la cabeza.

Lo que en aquel momento no supuso la ejecutiva era que, cuatro años después, justo el tiempo que lleva el proceso de lanzamiento de un auto, sería la responsable de una filial y la encargada de presentar, en este caso en la Argentina, todos esos modelos que, como líder de Planeamiento, había pensado para la región.

Con el plus de que entre uno y otro puesto pasó por Posventa, una función que la ayudó a conocer mucho más al cliente. Con estas credenciales en su segundo año al frente de una filial, la primera mujer que llega a liderar una automotriz en el país y la primera ejecutiva argentina en integrar el famoso ranking de la revista Fortune de las mujeres más influyentes del mundo –un reconocimiento que nunca se imaginó–, este año hizo un raid de presentaciones, con seis nuevos productos. GM se mantiene, con su marca Chevrolet, en el segundo puesto del mercado por patentamientos, aunque su volumen de producción se contrajo un 5 por ciento en los primeros 10 meses del año respecto de igual lapso de 2012 (está cuarta entre las terminales), según números de Acara y de Adefa, respectivamente.

Sin embargo, los números no la asustan y, menos aún, los retos. Romper marcas es su especialidad. Y para ello tuvo un fuerte entrenamiento, no solo dentro de GM. “Hice atletismo toda mi vida y peleaba contra mi propio tiempo”, recuerda la CEO, que llegó a ser campeona sudamericana en vallas. “Uno no sabe cuál es su límite, cuál es su potencial. Y por qué limitarnos a desarrollar un solo aspecto”, se pregunta Costantini, que desde chica se hace este planteo. “Una pregunta que me hacía, por ejemplo, era por qué usamos sólo la mano derecha o la izquierda.

Por qué no usar las dos”, cuenta. Esta misma actitud la llevó a dejar su exitosa carrera en el área de Marketing, su especialidad, su zona de confort, para pelear por un cambio a Manufactura. “La experiencia de estar en varios sectores te ayuda a entender todos los lenguajes, las dificultades y los desafío de cada área, y poder tener una perspectiva diferente, la perspectiva del otro, para ayudarnos mutuamente”, reflexiona. De ahí que lograr el primer puesto en producción o en ventas, asegura, no es la meta de Costantini, que se define como una peleadora nata –“me gusta pelear y que me enfrenten”, asegura. Su objetivo: poder dejar un legado más allá de su mandato.

“Los mejores líderes son los que dejan un legado a futuro”, asegura la ejecutiva. ¿Cuál cree Costantini que será su aporte a la organización en la cual trabaja hace 15 años? El modelo de negocio de GM. Un gran desafío que, según la número uno, implica “una estructura y gente comprometida”. Y cuenta: “Lo venimos cambiando. La aprobación del Plan Fénix es un gran cambio en el modelo. Pasamos a tener un producto global, a ser el principal exportador de un producto totalmente nuevo”. El Plan Fénix, un proyecto mundial, fue un anuncio que le hizo en persona a la presidenta Cristina Fernández el CEO global, Dan Akerson, en octubre de 2012. Implica una inversión de US$ 450 millones para comenzar a fabricar un nuevo modelo en la planta de Rosario a partir de 2015. En principio, la Argentina sería el único fabricante de la región. Sin embargo, hay posibilidades de que en Colombia se pueda hacer un semiarmado de ese mismo vehículo. Las características del nuevo modelo todavía son un secreto. Se sabe que es un mediano.

Y, según fuertes rumores del sector, que desde la empresa no confirmaron pero tampoco desmintieron, sería el Cruze II, la segunda generación del vehículo lanzado a fines de 2010 en la Argentina. Un auto que Costantini conoce mucho, ya que planificó su llegada a la región (hoy se importa de Corea). “Fue mi primer proyecto y lo había peleado muchísimo. No funcionaba para México, tampoco para los Estados Unidos ni para Canadá. Se salvó porque funcionaba en Brasil”, recuerda la ejecutiva, que comenzó su carrera en Marketing y Ventas luego de graduarse en Comunicación en la Universidad Católica Pontificia del Paraná (Brasil). Justamente, el área de planificación fue el mayor desafío en su carrera. Cuando tuvo el primer ofrecimiento para hacerse a cargo de una filial (en ese momento, no fue la Argentina) pensó que estaba haciendo algo mal. Más tarde, no pudo resistirse a volver a su país natal como número uno. Si bien asegura que no le gusta estar en los detalles –le encanta planificar–, admite que el proyecto Fénix le quita el sueño.

“La complejidad de la localización es muy grande. No es solamente lo que se vive acá, en el país, con los proveedores que ya están, los que no están, el Gobierno o los sindicatos. Además, tenés las relaciones internas de GM, el sector de compras de acá, el de Brasil y el responsable de los commodities global, por ejemplo”, explica.
“Uno no sabe cuál es su límite, cuál es su potencial. Y por qué limitarnos a desarrollar un solo aspecto
Isela Costantini
Al ser una iniciativa global, otro de los issues que ocupan gran parte de la agenda de la número uno es convencer a los proveedores de afuera, ya elegidos para el proyecto, de que se instalen en la Argentina. “Ahí comienza la pelea: invierto o no invierto”, señala Costantini, quien confiesa que “es un gran desafío lograr atraerlos en este momento”. No es el único reto que tiene por delante. La filial local exporta hoy el 60 por ciento de su producción a Brasil, país que será, también, el principal destino del nuevo modelo. “Estamos considerando otros mercados. Pero vamos por etapas. El proyecto se da con el volumen de Brasil, Uruguay, Paraguay y el nuestro. Con estos volúmenes se paga la inversión.

Pero el gran desafío es ver cuáles serían los otros destinos a los que se podría exportar”, detalla. La ejecutiva prevé un 2014 más tranquilo que 2013. Menos lanzamientos (en principio, ningún modelo nuevo) y menoss, en general. “El que va a definir el tamaño de la industria va a ser el Gobierno. Todo depende de qué pase con las reservas.

La gran preocupación es cómo mantener el nivel de reservas con todo lo que se está importando y lo que se va a importar”, analiza. Con esta perspectiva, Costantini calcula que 2013 cerrará con unos 950.000 vehículos patentados, y espera unos 900.000 para el año que viene. El año próximo sumará a su agenda la presidencia de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), responsabilidad que, dice, no le preocupa. “No me asusta. Tengo un propósito. Cuando estoy en un lugar, la idea es construir algo”, asegura la ejecutiva, que ya vislumbra su próximo objetivo.

“Cuando le pregunté a mi jefe, Jaime Ardila, qué venía después, me dijo que podía hacer lo que quiera. ‘Eso asusta’, contesté. Y le dije: ‘Mandame a la peor guerra’. Lo que más me fascina es poder resolver conflictos. Y, si bien soy agresiva, creo que las cosas que he resuelto las he hecho con consenso”, reflexiona Costantini, acostumbrada a balancear la vida laboral con la personal, con dos hijos y un marido brasileño –también ejecutivo de GM– que durante la semana vive en Brasil. -

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