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30/09/13 | Varios / Sugerencias

INFORME - Animarse a la Responsabilidad Social

Image La Responsabilidad Social Empresaria (RSE) es un concepto que parecía destinado a las grandes empresas. Sin embargo, cada vez más pymes lo están incorporando. Según un informe de la Fundación Observatorio Pyme, un 23% de las pequeñas y medianas industrias lleva adelante alguna iniciativa de Responsabilidad Social. Así, las donaciones a ONGs y proyectos sociales o ambientales son las acciones más implementadas por las pymes (37%), seguida de actividades de cuidado del medio ambiente, tratamiento de residuos y reciclado (31%). Más lejos se ubican otras acciones, como beneficios para el personal, mejora del clima laboral y capacitación (13%), según la investigación que se basó en una encuesta a más de 1.000 industrias en todo el país.

Uno de los hallazgos más reveladores de este estudio es que –si bien no puede afirmarse una relación causal-, hay una correlación entre el tamaño y dinamismo de las empresas y sus acciones de responsabilidad social. Las pymes medianas, que la entidad pondera entre 21 y 150 empleados, son más propensas a ser socialmente responsables (35%) que las pequeñas (22%). Asimismo, el 52% de las empresas que realizaron acciones de RSE creció el año pasado, frente al 43% de las que no hicieron RSE. El 31% de las empresas que realizaron inversiones y el 31% de las que exportaron también implementaron RSE, frente al 17% de las no inversoras y el 21% de las no exportadoras. Asimismo, las pymes socialmente responsables se muestran más propensas a incorporar personal que aquellas que no lo son. Una de las industrias que más impulsan la Responsabilidad Social en el sector pyme es el de la alimentación. Por este motivo, desde la Copal (Coordinadora de Productores de Alimentos) se organizó, este año, una Jornada de RSE para pymes. “Aunque las grandes empresas lo vienen implementando desde hace tiempo, este es un tema nuevo para las industrias más chicasâ€, dice Mercedes Nimo, directora Ejecutiva de la entidad.

“Muchas pymes tienen programas de donación de alimentos y algunas incursionaron en planes de mejora de la calidad, como el de reducción de sodio o producción apta para celíacos. Vemos que se está avanzando, pero hay que generar un área específica y contar con los recursos adecuadosâ€, dice Nimo. Con ese objetivo, la Copal está implementando un curso virtual de gestión de RSE.


El camino a la sustentabilidad

La fábrica de cereales para desayuno, avenas y barras 3 Arroyos, fundada en 1982, hace varios años que implementa un programa de donaciones. “Empezó como una respuesta a pedidos puntuales y lo que se donaba eran excedentes de producción. Hoy, las donaciones están planificadas, y representan casi una tonelada de alimentos por mesâ€, cuenta Christian Altmann, encargado de RSE y Marketing de la firma, que emplea a 350 personas, genera $ 165 millones en facturación (2012) y exporta el 20% de su producción.

Para canalizar las donaciones y asegurarse que llegan al destino previsto, en 3 Arroyos, trabajan junto a la Fundación Conin, de lucha contra la desnutrición infantil. Junto a esta fundación y a Copal, también comenzó a brindar charlas sobre buena alimentación en colegios y en eventos como Tecnópolis. “Las donaciones son una forma de devolver a la comunidad y paliar situaciones puntualesâ€, dice Altmann. “Con la educación nutricional buscamos prevenir problemas de salud, mostrándoles a los chicos otras opciones para alimentarse bien, ya que muchos de nuestros productos reemplazan a los snacksâ€.

En el frigorífico VAES, una pyme familiar fundada en 1972 con planta en el barrio de Mataderos, “el Programa de Responsabilidad social está enfocado en dos ejes: salud y nutrición, y medioambienteâ€, explica Brenad Bianquet, a cargo del área junto con María Laura Aparicio, gerenta de Calidad y Desarrollo de la firma.
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Para mejorar la producción y el medioambiente, estamos mejorando las máquinas en forma planificadaâ€, dice Bianquet. “Esto repercute en la calidad de los productos y en el ambiente de trabajo, ya que se reducen los residuos, los ruidos y el esfuerzo de los empleadosâ€, amplía.

En el marco de una política de mejora contínua, el frigorífico implementó buenas prácticas de manufactura (BPM) y programas operativos estándar de saneamiento (POES), junto al INTI Carnes. Además, está en proceso de obtener una certificación internacional de seguridad alimentaria. También implementó, junto a Acumar (Autoridad de la Cuenca Matanza Riachuelo), un sistema de tratamiento de efluentes. “La instalación llevó a un replanteo del proceso productivo: se redujo la generación de residuos y se comenzaron a reutilizar materiales que antes se desaprovechabanâ€, señala Bianquet sobre la obra en curso.

A partir de 2011, VAES es una de las productoras de alimentos que adhiere al programa del Ministerio de Salud ‘Menos Sal, más Vida’, para la reducción de los niveles de sodio al mínimo tecnológicamente posible. Hoy se está trabajando en el desarrollo de productos aptos para celíacos. “Esto implica no solamente la reformulación de los productos con ingredientes apotso, sino también la evaluación de los proveedores y la revisión de los procesos a fin de asegurar que no existen riesgos de contaminación con productos no aptosâ€, explica Aparicio.

A su vez, el frigorífico con 40 empleados generó alianzas con organizaciones del tercer sector como la Fundación Garrahan con el programa de recicaldo de Papel, Fundación Manos Abiertas y Banco de Alimentos, Fundación Vida Silvestre y Casa Foa, a quienes donan alimentos para sus eventos solidarios.


Un cambio de enfoque

Las acciones de ‘Filantropía Empresaria’ (básicamente donaciones) fueron el primer paso en el desarrollo de una estrategia de Responsabilidad Social, que es más abarcativa y, básicamente, consiste en que la empresa se responsabilice por su impacto en la comunidad, comentan desde el Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (Ceads). La visión actual va más allá de estos conceptos, y se refiere a la ‘Sustentabilidad’. Se trata de un modelo que “busca beneficios en la triple línea de resultados (económicos, sociales y ambientales), y que satisface las necesidades actuales sin comprometer las de futuras generacionesâ€, puntualiza Ana Muro, coordinadora de RSE del Ceads.

El paradigma de las empresas 100% sustentables son las llamadas ‘Empresas B’ (B-Corporation, según su nombre en inglés), creadas para generar valor ambiental y social, además del económico. En la Argentina hay varios ejemplos: Mama Grande, por caso, es un emprendimiento surgido en Rosario, en 2011, y apoyado en la biotecnología, cuya actividad es transformar agua contaminada en agua potable, bioplásticos obtenidos a través de bacterias, y empleos de calidad. Otro caso es el de Arbusta, emprendimiento fundado este año para brindar servicios de tecnología y a la vez capacita e incluye a jóvenes y mujeres sin empleo.

La mayoría de las pymes están en la etapa de la filantropía empresaria, pero algunas han avanzado hacia la Responsabilidad Social y la Sustentabilidad recuerda Muro. El cambio de enfoque requiere un mayor compromiso y recursos, ya que no se trata de “tener un área encargada de las buenas acciones†(algo que por una cuestión de escala y estructura es ya difícil en una pyme), sino de incorporar la sustentabilidad a la estrategia del negocio. ¿De qué forma? “a partir de modos de producción más limpios, la mejora en el ambiente laboral, la promoción del voluntariado y el trabajo con la comunidadâ€, propone Muro. Para las pymes interesadas en iniciarse o mejorar sus programas de RSE, el Instituto Argentino de Responsabilidad Social cuenta con un manual de RSE para pymes en su web: www.iarse.org.ar .

Las pequeñas acciones tienen gran impacto. Así lo comprobaron en los 23 locales de la cadena Tienda de Café. “Comenzamos a reciclar la borra de café que antes tirábamos, a partir de una capacitación en RSE que brindó la Asociación Argentina de Marcas y Franquiciasâ€, cuenta Fernando Goijman, responsable comercial de esta firma creada en 2008, que emplea a cerca de 160 personas.

En esto se involucraron todos los empleados, ya que hay que separar las bolsas con residuos e ir recolectando constantemente. La empresa, que se encarga de hacer el compost (abono a partir de desechos orgánicos) es Cosechando Vida. También cuentan con el apoyo de Andreani, que hace la logística.

Y esto no es todo. “En breve –adelanta el ejecutivo- lanzaremos un blend de café solidario y con un porcentaje de las ventas ayudaremos a la Asociación Civil SonRisas a mejorar la infraestructura de su centro social y solidario en Monte Grande, provincia de Buenos Airesâ€. Para Goijman, el principal beneficio de estas acciones es que “los empleados sienten que están haciendo algo por su comunidad y se comprometen con seriedadâ€.

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