Por Paola Alé
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La reciente apertura de las importaciones de alimentos ha dado mucho de qué hablar sobre todo en el sector agroindustrial, entre ellos, los productores de tomate.

En Cuyo, quien nuclea a la mayoría de los productores es la asociación Tomate 2000, representada por el mendocino Orestes Nomikos, quien en diálogo con Conexión Agro, en radio Nihuil, manifestó que están preocupados por esta apertura intempestiva de las importaciones.

Esto porque, a pesar de estar cerca de lograr el autoabastecimiento para el mercado argentino–se están produciendo alrededor de 600 millones de kilos de tomate- las condiciones de importación pueden llegar a desfavorecer a los locales.

Competir en igualdad de condiciones
Consultado acerca del mensaje del ministro de Producción de Mendoza, Rodolfo Vargas Arizu, quien aseguró que no hay que tener miedo a las importaciones porque los mendocinos al ser eficientes somos competitivos, Nomikos realizó una salvedad.

Explicó que los productores agrícolas sí pueden competir, pero con las mismas herramientas que tienen los productores internacionales. El problema es abrir las importaciones de un día para el otro, sin una etapa de transición y con las actuales condiciones macroeconómicas, es decir, una inflación de 11% mensual, altas tasas de interés, los insumos caros, y los valores ascendentes de la energía y el combustible.

“Primero contemos con un escenario estable y por lo menos hablando de lo que yo conozco desde adentro de la asociación, no tengo problema en competir pero no se da de un día para el otro, hay que pasar una etapa de transición”, manifestó Nomikos.

Qué puede suceder con el autoabastecimiento de tomate
Nomikos explicó que si bien en lo personal, le preocupa que la importación de tomates se expanda a otros productos, puesto que básicamente en la actualidad lo que más se trae desde Chile es pasta de tomates

“En lo personal si me preocupa la importación, porque tenemos el desafío interno en la asociación Tomate 2000 de plantearnos, ya que estamos cerca del autoabastecimiento, si realmente somos competitivos para importar”

Según manifestó el presidente de la asociación, lo que puede pasar es que, una vez que se logre el autoabastecimiento, se llegue a un límite y a futuro afecte en un menor precio de la actividad productiva.

El riesgo climático, un factor a tener en cuenta
El presidente de Tomate 2000 manifestó, además, que en Mendoza y el resto de las provincias de Cuyo, hay que tener en cuenta el riesgo climático como un factor de desventaja a la hora de competir con las importaciones.

“Este riesgo, cruzando la cordillera no lo tenés”, remarcó.

También mencionó a California, el principal productor mundial de tomates, que se encuentra en condiciones mucho mejores que las locales para competir.

En cuanto al riesgo climático, Nomikos explicó que los productores asociados a Tomate 2000 –quienes cuentan con unas 5.000 hectáreas cultivadas entre Mendoza, San Juan y La Rioja- cuentan con “una red” extra para afrontar las problemáticas estacionales, entre otras que pueden surgir en la producción.

“Se trata de un fondo de compensación pagado en un 100% por los productores, que nos permite no discontinuar los programas a mediano y largo plazo.

En esta problemática también se suma el control de las plagas del tomate, como son la polilla y la arañuela.

Lo que dijo Nomikos acerca de esta situación es que le han afectado al tomate tardío, que está rindiendo menos.

Lo que se debe hacer es desarrollar investigación, junto con el INTA, para encontrar las soluciones a. implementar para las próximas campañas