Kevin Armellini

La industria del tomate en Mendoza experimenta un proceso de transición, debido a la combinación de factores: sobre todo por la apertura de importaciones de productos a precios más bajos. Desde el sector reconocieron estar “adaptándose” a los cambios, además de ser “sometidos” a las condiciones del mercado.

Entre los artículos que están colocando a los productos de la provincia en una especie de “jaque”, se encuentran la pasta de tomate desde China y Chile y tomate fresco desde Paraguay, a precios significativamente más bajos que los costos de producción local.

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Guillermo San Martín, gerente de la Asociación Tomate 2000, explicó que al incorporar productos del exterior a un mejor precio que de lo que se consigue en Mendoza, generará un efecto negativo. Si bien se trata de una apertura de la competencia, el especialista detalló que habrá sectores que “sientan más” el golpe.

“Las fábricas están estoqueadas en su mayoría y esto también hace que la importación influya más, debido a que afecta la intención de que las mismas produzcan a nivel local por la situación de sobre stock”, ejemplificó.

En 2024, las importaciones de pulpa de tomate aumentaron un 104% en comparación con 2023, principalmente desde Chile. Esto que en la cadena local consideran una competencia desleal pone en riesgo la viabilidad de la producción.

Según San Martín, a la provincia los principales productos que están entrando son un pasta de China, que es económica y de mala calidad, y una pasta de Chile, de buena calidad pero con un precio más alto que el local.

“Las industrias que importan le están poniendo presión a las que no importan y eso hace que se desaliente la producción local. El costo argentino es algo que el Gobierno nacional tiene que trabajar para bajar impuestos”, indicó el gerente de la Asociación Tomate 2000 en diálogo con El Sol.

Lejos de estar en crisis, Guillermo San Martín aclaró que el sector del tomate es “competitivo” por inercia y que se “adapta rápido”, sin olvidarse de reconocer que de la situación se saldrá “más fuerte”. Además de colocar a las fábricas en una posición de “reinventarse” de forma constante.

Crisis o especulación
Antes de hablar de crisis en la industria del tomate, Rodolfo Vargas Arizu, ministro de Producción, propuso hablar de “especulación”, algo normal que sucede siempre que se abre un proceso de importación y que con ello se acarrea una “eficiencia en todos los aspectos”.

“El tomate este año ha tenido una superproducción, incluso hay hectáreas que han producido 200.000 kilos de variedad de verdura. La especulación la tiene todo el mundo”, sentenció.

El funcionario provincial dio detalles de qué se trata de un tema que se ha “charlado” y que los que quieran permanecer tendrán que competir. A su vez, Vargas Arizu aclaró que la importación también puede beneficiar en el aspecto tecnológico y se podrá trabajar en “igualdad de condiciones” con las potencias mundiales.

Las medidas para apoyar el sector
Los productores han solicitado medidas urgentes para proteger la producción cuyana. Entre otras cosas, proponen establecer cupos de importación basados en el promedio de las importaciones entre 2021 y 2023, años en los que Argentina alcanzó el autoabastecimiento de pasta de tomate.

También piden la implementación de procedimientos antidumping para la pasta de tomate china y la aplicación de un arancel del 30% a las importaciones que superen los cupos asignados.