La siguiente es una síntesis del artículo de Silvia Naishtat publicado en “Clarín” del 9 de setiembre pasado.

En los últimos 20 años el comercio argentino tuvo momentos excepcionales, pero desde 2011 las cosas han ido de mal en peor. Las exportaciones han declinado con la correspondiente escasez de divisas. Hemos colocado pocos productos en el mercado mundial y la mayoría de ellos son provenientes de la producción agraria.

La incapacidad que tiene un país para crecer por falta de divisas está muy relacionado con el comercio exterior y la balanza de pagos. A partir de 2011 Argentina experimentó una tendencia declinante en su intercambio externo de bienes que pasó de totalizar US$ 158.370 millones en 2011 a US$ 114.240 millones en 2020.

Brasil se destacó como socio comercial más importante debido al Mercosur, a la vecindad y también a la integración del sector automotor. Aunque en la última década su participación ha descendido, entre otros motivos, por la irrupción de China en el comercio con su gran oferta de productos manufacturados. Al principio el comercio con China nos era favorable debido a la exportación de bienes agroindustriales. En la última década la relación comercial se nos vuelto deficitaria.

En ese tiempo también perdió relevancia Estados Unidos pasando de ser el segundo socio comercial al tercero. También perdió relevancia Europa. Hace dos décadas España y Alemania estaban entre los cinco socios más importantes. En 2020 ninguno de ellos estaba dentro de los cinco primeros lugares.

Otros países, como Vietnam, ganaron protagonismo. En 2020 pasó a ser el quinto socio comercial de la Argentina. Chile ocupa el primer lugar del ranking de saldo acumulado en la balanza comercial. También las relaciones con Argelia, Perú, Venezuela y Egipto han dado balances comerciales favorables para Argentina entre el 200 y el 2020.

La complejo soja fue primero en el ranking pasando de ser el 15,4% de las exportaciones en 2002 a un 27,2% en 2020. En 2016 fue de 32,7%. Le siguen el complejo automotriz pasó al segundo lugar y el complejo petrolero-petroquímico al tercero. El del maíz ocupa el cuarto lugar.