Logo

06/01/21 | Noticias

Brexit: divorcio consensuado y posibles ventajas para Argentina

Image Por Florencia Carbone

Tras muchas idas y vueltas, la Unión Europea (UE) y el Reino Unido (RU) lograron finalmente llegar a un “Brexit acordado”, una suerte de divorcio en buenos términos por el que las partes establecieron cómo abordar una gran cantidad de asuntos relevantes que permiten mantener el vínculo político y comercial entre ambos, sin mayores sobresaltos.

A partir de ahora, la UE y el RU formarán dos mercados separados, con dos espacios regulatorios y legales diferentes, por lo que, a pesar de todo lo establecido en el Acuerdo, surgirán barreras al comercio de bienes y servicios y a la movilidad e intercambios transfronterizos que no existían en el pasado, advierte un informe de la Fundación INAI.

En el trabajo se hace un detallado análisis del impacto que tendrá el acuerdo y se menciona que por ser el RU “un importador neto de alimentos”, se abre una ventana de oportunidad para que el Mercosur negocie un acuerdo con ese país.

Los “peros”
Pero como siempre, ante la oportunidad, aparecen algunos condicionantes que según la Fundación INAI es necesario tener en cuenta:

La UE seguirá siendo uno de los principales proveedores del RU ya que el comercio entre las partes seguirá libre de aranceles.
Ya hay acuerdos de grandes proveedores de alimentos por entrar en vigor, como es el caso de Canadá, o en negociación como mayor o menor grado de avance como es el caso de Estados Unidos, Australia o Nueva Zelanda.
Si bien el RU no formó parte de las negociaciones, el haber alcanzado el acuerdo Mercosur-UE podría facilitar el proceso de negociación. Pensando en un acuerdo Mercosur–RU, un próximo estudio podría centrarse en el análisis del potencial y las amenazas del Mercosur en su conjunto.

El estudio señala otro punto importante: temas como política exterior, seguridad exterior y cooperación en defensa no figuran en el Acuerdo, ya que el RU no aceptó incluirlo dentro de las negociaciones.

Cronología
El proceso que comenzó tras el referéndum del 23 de junio de 2016 convocado por el entonces Primer Ministro David Cameron, no sólo terminó con la decisión de los ciudadanos británicos de abandonar el bloque europeo sino que costó la renuncia de dos primeros ministros (Cameron y luego Theresa May), cientos de horas de reuniones entre las partes y la triple postergación de la fecha de salida.

El 31 de enero de 2020, el RU dejó oficialmente de pertenecer a la UE, el bloque al cual había adherido en 1973.

Desde entonces, empezó una carrera contra reloj para resolver muchísimos detalles antes de que el 31 de diciembre de 2020 se cortaran de manera definitiva los lazos entre la isla y el continente.

Finalmente, el 24 de diciembre pasado, en el denominado Acuerdo de Comercio y Cooperación UE-Reino Unido, se sentaron las bases sobre las que se desarrollará la futura relación.

Qué está incluido
El Acuerdo de Comercio y Cooperación UE-RU que empezó a regir desde el 1 de enero pasado, cubre no sólo el comercio de bienes y servicios, sino también una amplia gama de otras áreas de interés, como inversión, competencia, ayudas estatales, transparencia fiscal, transporte aéreo y por carretera, energía y sostenibilidad, pesca, protección de datos, y coordinación de la seguridad social.

Además, tal como señala el trabajo de la Fundación INAI, el mismo evitó una frontera “dura” en la isla de Irlanda -uno de los puntos más difíciles de la negociación- y preservó las “cuatro libertades” del mercado único europeo: libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas.

Los expertos destacan que este acuerdo es el primero en el que la UE alcanzó una liberalización del 100%, lo que implica la inexistencia tanto de cuotas como de aranceles. Es decir, a pesar de no pertenecer más a la UE, el RU mantiene todos los beneficios comerciales previos.

El regreso de las aduanas
El informe de INAI explica que si bien no existirán aranceles, sí se introducen nuevamente las aduanas entre ambas regiones, lo que conlleva nuevos controles aduaneros y reglamentarios, incluidas las normas de origen y estrictos requisitos de contenido local.

A pesar de haber formado parte de la Unión Europea desde 1973, el Reino Unido decidió mantener su moneda y no adoptó el Euro. Imagen de moritz320/Pixabay
Sobre reglas de origen, se prevé la acumulación bilateral completa (acumulación tanto de materiales como de procesamiento) entre el RU y la UE, lo que permite que los insumos y el procesamiento de la UE se cuenten como insumos del Reino Unido en los productos del RU exportados a la UE y viceversa.

Ayudas estatales
En materia de ayuda estatal, se puso fin al régimen de ayudas estatales de la UE en Gran Bretaña, incluido todo lo relativo a la Política Agrícola Común (PAC).

Ello implica que el RU ahora podrá administrar su propio sistema de subvenciones, que según lo señalado, “buscará ayudar mejor a las empresas a crecer y prosperar de la manera que mejor se adapte a los intereses de las industrias británicas”.

Respecto de la PAC, el informe de la Fundación INAI detalla que entre 2014 y 2020, los agricultores del RU fueron destinatarios de ayudas superiores a los 26.000 millones de euros, y que esa ayuda se compuso de pagos directos por 21.000 millones de euros, direccionados a Inglaterra en un 70%, Escocia 20% e Irlanda del Norte y Gales, el 10% restante.

En materia de ayudas para el desarrollo rural, el monto fue de de 5.200 millones de euros para el mismo período. Inglaterra recibió el 67%, Escocia el 16%, Gales el 13% e Irlanda del Norte el 4%.

Reemplazar los subsidios
En materia de subsidios, RU ya posee una normativa para reemplazar aquellos subsidios otorgados por el bloque europeo, bajo la denominada Agriculture Bill, dice el trabajo.

El capítulo sobre medidas sanitarias y fitosanitarias (MSF), además de fijar las reglas para el intercambio bilateral, también establece un marco para la cooperación en la lucha contra la resistencia antimicrobiana, protección del bienestar animal y sistemas alimentarios sostenibles.

Todas esas son áreas en las que el RU y la UE se consideran a sí mismos como líderes mundiales, y buscan replicarlas en los diversos acuerdos que negocian, como se puede observar, por ejemplo, en el texto del Acuerdo Mercosur-UE, añaden los expertos.

Acuerdos comerciales con terceros
En materia de acuerdos comerciales con terceros países, la salida de la UE implica para el RU la perdida de todas las preferencias alcanzadas mediante los acuerdos que el bloque europeo ha firmado a lo largo de su existencia.

El documento elaborado por la Fundación INAI ayuda a dimensionar la magnitud del tema: la UE tiene actualmente 41 acuerdos comerciales con 72 países, además de negociaciones en curso y acuerdos aún no en vigor con actores de la talla de Estados Unidos, Japón, Canadá, Australia y el propio Mercosur, enumeran.

“Desde los primeros momentos, el gobierno del RU comenzó a trabajar en nuevos acuerdos para reemplazar los acuerdos comerciales de la UE después del Brexit, a fin de amortiguar los efectos de la salida y no perder las preferencias existentes hasta la fecha. En particular, hay acuerdos que han sido firmados y entrarán en vigencia tan pronto como se efectivice la salida -como son los casos de Japón, Canadá o México- y otros que todavía se encuentran en negociación, pero que se han previsto mecanismos alternativos, como notas diplomáticas o memorándums de entendimiento, que buscan garantizar la continuidad del comercio”, cita el trabajo.

La UE tiene actualmente 41 acuerdos comerciales con 72 países, además de negociaciones en curso y acuerdos que aún no entraron en vigor con actores de la talla de Estados Unidos, Japón, Canadá, Australia y el propio Mercosur. El Reino Unido trabaja para alcanzar nuevos acuerdos y recuperar las ventajas comerciales perdidas post Brexit. Palacio Europa. Imagen de USA-Reiseblogger/Pixabay.
Los nuevos socios
Al mismo tiempo, el RU estableció una serie de prioridades de negociación de nuevos acuerdos.

Dentro de los primeros que se buscan alcanzar figura el de EE.UU., que bajo la administración de Trump lo puso entre sus prioridades, pero ahora habrá que esperar para ver qué ocurre bajo la administración Biden.

Otros grandes productores y exportadores agrícolas con los que RU busca alcanzar acuerdos son Australia y Nueva Zelandia.

En ese sentido –advierten desde la Fundación INAI-, el Mercosur debería evaluar la posibilidad de generar un acuerdo comercial con el RU para no quedar rezagado frente a sus principales competidores.

Un punto de partida para pensar en lo que podría pedir el RU sería el Acuerdo UE-Mercosur, ya que los estándares del país europeo coinciden en gran medida con los del bloque del que se está separando.

¿Y la OMC?
Mención aparte merece la cuestión de la pertenencia la Organización Mundial del Comercio (OMC). El RU fue parte fundadora del GATT de 1947 y es Miembro inicial de la OMC por derecho propio.

Sin embargo, por ser Estado miembro de la UE, las concesiones y compromisos en materia de mercancías y de servicios del RU surgían de las Listas de la UE.

A mediados de julio de 2018, presentó un proyecto de lista de concesiones y compromisos en materia de mercancías y otro sobre servicios, con arreglo a los procedimientos para la modificación o rectificación de las Listas de concesiones arancelarias.

Desde entonces, el RU ha mantenido negociaciones y consultas con los Miembros de la OMC a los efectos de su aceptación.

Comercio agroindustrial del RU
El RU produce sólo el 60% de los alimentos que consume, por lo que es un mercado con enorme potencial, destacan los especialistas de la Fundación INAI.

Las importaciones agrícolas en promedio 2017-2019 alcanzaron los US$62.000 millones.

Sus principales importaciones fueron vinos, productos de panadería, carne preparada o en conserva, quesos, chocolates, entre otras preparaciones alimenticias, carne y despojos comestibles de aves, preparaciones para alimentación animal, hortalizas, entre otras.

Por otro lado, las exportaciones alcanzaron los US$29.000 millones en promedio para el mismo período, incluyendo licores, licores y otros espirituosos, preparaciones alimenticias y otras para alimentación animal, pescados, entre otros.

La UE fue origen del 74% de esas importaciones agrícolas y destino del 60% de sus exportaciones. Para la UE, el RU representa un 8% de las compras agrícolas del bloque, y un 3,2% de las ventas.

Cabe recordar que el propio bloque representa el origen del 73% del comercio agrícola mundial de la UE.

Relación comercial con Argentina y Mercosur
En el trabajo del INAI se explica que el Mercosur en su conjunto representa menos del 1% del comercio total del RU con el mundo.

Ahora bien, cuando se analiza el comercio agroindustrial, el Mercosur provee alrededor del 2,4% de las importaciones agrícolas del RU por un valor de US$1970 millones en promedio 2017-19.

Por su parte, Argentina es responsable de 1% de las compras británicas, por US$825 millones.

Las importaciones provenientes del Mercosur crecieron significativamente entre 2001 y 2008, y luego de la crisis financiera internacional y los picos de precios de las commodities (en 2008 y 2011), experimentaron un retroceso.

Para Argentina no se nota esa caída post-crisis, manteniéndose prácticamente inalteradas las compras, a diferencia de Brasil, que presenta una reducción desde entonces, volviendo en los últimos años a valores de inicios de los 2000.

Ventas y compras entre Argentina y RU
Desde el punto de vista del RU, el sector agroindustrial representa 93,6% de las compras británicas desde Argentina y sólo 6,2% de sus ventas hacia el país.

Entre los principales productos agrícolas importados se destacan: harina y pellets de soja, vino, salvados o moyuelos de cereales o leguminosas, maíz, maníes, tortas y residuos de la extracción de aceites o grasas vegetales, arándanos, carne bovina, entre otros.

Por el lado de las exportaciones agrícolas a la Argentina, se incluyen entre los primeros productos: alcohol etílico, preparaciones alimenticias, extracto de malta, café, chocolate, etc. En términos de comercio bilateral con Argentina, el RU representa el 1,2% de las exportaciones totales de Argentina, por un valor de aproximadamente US$741 millones en promedio 2017-2019, siendo el saldo comercial superavitario para nuestro país.

Considerando sólo las exportaciones agroindustriales, ese porcentaje asciende a 2% de las ventas argentinas, por un valor de US$696 millones. Es de destacar que Argentina compite, principalmente, con proveedores europeos a la hora de abastecer al RU con estos bienes.

Ventajas para Argentina
Como parte final del documento elaborado por la Fundación INAI analizaron las principales Ventajas Comparativas Reveladas (VCR) para el sector agroindustrial de Argentina como también potenciales amenazas frente a una liberalización comercial, ante un potencial acuerdo con el RU.

Los resultados de ese estudio sugieren que existe potencial para 91% (en valor) de las exportaciones agroindustriales mundiales del país, por un valor aproximado de US$34.000 millones; con otro 4% donde sólo se presenta ventaja exportadora de Argentina, pero no coincide con una ventaja importadora del RU.

Entre los principales productos con potencial se encuentran: el complejo sojero (harina y pellets, aceite en bruto, porotos), maíz, trigo, carne deshuesada bovina congelada, camarones y langostinos congelados, biodiesel, vinos, etc.

De estos productos en su conjunto, el RU ya es destino del 2% del total mundial exportado.

Amenazas
Analizando las amenazas potenciales en el comercio agroindustrial para nuestro país surgieron algunos productos por un valor total de US$161 millones (4% del total mundial importado), de los cuales el RU ya abastece a Argentina un 12%.

Entre estos productos, cabe mencionar: salmón, preparaciones a base de café, papas preparadas sin congelar, whisky, gallos o gallinas vivos, tabaco elaborado, licores, entre otros.

Cabe aclarar, que este comercio potencial surge de un análisis estático en base a comercio real actual. Podría ser mayor si se considera el crecimiento en la demanda futura y una posible apertura de importaciones a productos para los que actualmente se abastece principalmente de la UE.

También se detectaron una serie de productos para los cuales RU y Argentina podrían ser competidores, incluidos cebada, malta, sebo de bovinos, extractos, esencias y concentrados de té, concentrados de proteínas y sustancias proteicas texturadas, harina y pellets de carne, preparaciones para alimentación animal y aceites esenciales de limón.

Estos representan exportaciones mundiales argentinas por US$1238 millones y británicas por US$1825 millones.

Image Image Image Image