Por el reconocimiento de una profesión no valorada en su justa dimensión
Elegí ser Despachante de Aduana, en la búsqueda de una actividad que no sea monótona y aburrida. Se que no me equivoqué.
El Despachante de Aduana, dejó de ser un simple auxiliar del Comercio, para convertirse en un eslabón fundamental entre el Importador/ Exportador y la Aduana.
Nuestra actividad se fue complejizando, dada la evolución que ha tenido el Comercio exterior en el mundo.
Debemos actualizarnos continuamente, ante el exceso de reglamentaciones que muchas veces se superponen y no son claras en su totalidad.
Hoy más que nunca, vivimos un momento de incertidumbre, debido a la cantidad de restricciones y el cambio constante de las reglas del juego.
Además de nuestro trabajo de clasificar, declarar, somos también responsables ante la UIF por posibles situaciones de lavado de dinero, y las DJAI, que tanto trabajo nos ha quitado.
Siento que nuestra responsabilidad ha ido aumentando pero no así la Seguridad Jurídica. Somos responsables ante la Justicia, por lo que sabemos y también por lo que debemos saber.
Insisto, en los tiempos difíciles que está atravesando nuestra profesión y la sociedad en general, no debemos olvidar nuestros valores, uno de ellos EL RESPETO. Nos permitirá desarrollar nuestra actividad en forma ordenada y segura. Pudiendo intercambiar opiniones dentro de un diálogo coherente y sano.
Los valores también forman parte de nuestra actividad.
|
Paula De Conto
Despachantes de aduana
|
|