Por primera vez en su historia, el Salón Náutico Argentino no abrirá sus puertas este año. El evento, que se venía realizando de manera ininterrumpida desde hace cuatro décadas, se ha convertido en una nueva víctima más de las políticas oficiales que limitan las importaciones y aplican nuevas cargas tributarias a las embarcaciones.


Los organizadores tenían vendidos desde el año pasado todos los espacios para esta bienal que debía llevarse a cabo en abril próximo en la localidad bonaerense de San Fernando. Pero decidieron cancelar la exposición tras escuchar las críticas y cuestionamientos de los expositores a varias medidas que, según entienden, afectan la competitividad del sector y abren un manto de incertidumbre frente al futuro del negocio.
Principalmente, las quejas están orientadas al aumento impositivo que grava la compra de embarcaciones con tasas de hasta el 100% del precio; a las dificultades para importar insumos y a las retenciones a las exportaciones que se aplican en estos productos.


“Son todos problemas que complican el escenario actual y que también ponen en riesgo el éxito de la exposición”, argumentaron en la Cámara Argentina de Constructores de Embarcaciones (Cacel), entidad organizadora del Salón Náutico que este año debía celebrar su vigésima edición.


Con este escenario de fondo, las autoridades de la Cacel han iniciado contactos con el Gobierno y con legisladores nacionales para hacer conocer las razones que determinaron la cancelación de la que consideran “la gran vidriera de la industria náutica argentina”.


“El escenario actual no asegura el necesario nivel de calidad y competitividad que caracteriza a nuestro sector, que debe competir en precio y calidad con países de larga trayectoria que fomentan la producción de estos bienes por su alto valor agregado”, argumentaron desde la institución empresaria.


Uno de los legisladores con los que mantuvieron encuentros es el senador Aníbal Fernández quien, según los empresarios, admitió que la aplicación de los impuestos internos “es un grave error” ya que “daña la industria y no cumple con el objetivo de mejorar las reservas”. De la mano de este legislador K, una delegación de la Cacel se reunió el miércoles con la ministra de Industria, Débora Giorgi. Pero la funcionaria sólo se limitó a admitir estar al tanto de la situación. Los empresarios también mantuvieron encuentros con miembros de la Secretaria de Comercio Interior para destrabar la situación. Lo mismo hicieron con el intendente de San Fernando, Luis Andreotti, quien se habría comprometido a apoyar sus reclamos. Estas palabras fueron esgrimidas también por el intendente de Tigre, Julio Zamora, quien se mostró preocupado por el impacto que tendría una eventual pérdida de fuentes de trabajo en una industria que significa fuerte ocupación para la zona norte bonaerense. Los encuentros siguieron con el presidente de la UIA, Héctor Méndez; y concejales cercanos al gobernador Daniel Scioli, con quien todavía no lograron reunirse. Hoy, los integrantes de la Cacel serán recibidos por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. De todos modos, la suerte de la vigésima edición del Salón Náutico va camino al naufragio.