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22/03/24 | Noticias

Más deuda con importadores: dólar, el aplauso de Morgan y el truco del BCRA para "acumular" reservas

Image Por Julián Guarino

En los hechos, el Gobierno debe hacer nuevos recortes y ajustes para acomodarse a los menores ingresos fiscales. ¿Qué futuro puede tener esta ecuación si el Gobierno debe cederle los recursos que le corresponden a las provincias y que le han servido hasta aquí para llegar al superávit? ¿Qué superávit podrá conseguir el Gobierno si deberá, tarde o temprano, girarles recursos a jubilados y pensionados que hasta ahora han representado más del 35% del ajuste realizado?

Una fina capa de hielo se extiende. Es piso delgado. Pasa con el dólar. El Banco Central da cuenta de una racha positiva cada vez que se habla de reservas. Compra casi siempre. Vende poco. En la superficie, parece un desempeño virtuoso. Incluso la banca JP Morgan acaba de lanzar una verdadera exégesis del porvenir financiero al recomendar la inversión en bonos argentinos en dólares. “Se paga en 2025â€, dice Morgan, y todos los inversores, de cabeza a la pileta: se eleva la posibilidad de seguir ganando con la deuda argentina. Un 33%, calcula el banco. Pero como decía Saint-Exupéry, lo esencial es invisible… ¿Será?

El dato de reservas del BCRA ya se ubica cerca de los u$s28.000 millones. Se anotan allí, compras de la entidad que conduce Santiago Bausili por más de u$s11.000 millones desde que agarró el timón del Central. Incluso el presidente Javier Milei lo dijo el 1 de marzo en la apertura de sesiones del Congreso: “Desde que llegamos al gobierno, hemos comprado en el mercado cerca de u$s9.000 millonesâ€. Aplausos. Likes en Twitter.

No obstante, primera conclusión, no todo lo que la entidad compró, logró atesorarlo. En los hechos, el salto acumulado en dólares para las reservas asciende a unos u$s7.000 millones, es decir, bastante menos. De nuevo: el BCRA logró atesorar unos u$s7000 millones de los u$s11.000 millones comprados en la gestión Milei.

El dato que ayuda a entender qué es lo que ocurre refiere a las importaciones. Si se toman los meses de diciembre y enero, el Gobierno sólo pagó 2 de cada 10 dólares de las importaciones. El resto aún queda por cancelar en el plan de pagos que ofrece el ministro Caputo. En rigor, la deuda comercial que acumula el BCRA en este aspecto coincide con el saldo neto positivo: u$s7.000 millones. Por otro lado, en febrero, el BCRA logró comprar u$s2400 millones (neto) gracias a que postergó prácticamente el mismo monto en la liquidación de las importaciones. Así, la conclusión parece servida: dada la dinámica de compras netas del BCRA, lo que logra acumular es exactamente lo mismo que, al menos hasta ahora, posterga en materia de importaciones.

Qué le decimos a Kristalina

El último comunicado del FMI de comienzos de febrero es claro: “Tras el realineamiento del tipo de cambio, la política cambiaria debería continuar asegurando los objetivos de acumulación de reservasâ€, sostiene. “Se están tomando medidas importantes para resolver el desproporcionado saldo de deuda comercial y crear un sistema de importaciones más transparente y basado en reglas. Además, las autoridades se han comprometido a eliminar en el corto plazo las restantes restricciones cambiarias distorsivas y las prácticas monetarias múltiples, y a desarrollar planes para desmantelar gradualmente las medidas de gestión de los flujos de capital, según lo permitan las condicionesâ€, concluye.

Houston y después. Dólar y devaluación

¿Hasta dónde acompañará el FMI? Dos elementos adicionales podrían ayudar a entender la complejidad del escenario. El primero es el dólar: el Gobierno hizo su debut con una devaluación que propuso un salto para el dólar del 118%, pero el impacto de esta y otras medidas le fue cercenando la “competitividad†de esa paridad cambiaria al punto tal que en poco más de 30 días estará, en términos reales, con un dólar, de nuevo, en los mismos niveles. Por la dinámica de lo expuesto más arriba, el cuadro de situación con las reservas podría derivar en una nueva devaluación que vuelva a generar un fogonazo inflacionario.

El elemento que suma es el mensaje que dejó Luis Cubeddu, subdirector del Departamento del Hemisferio Occidental, en su última visita al país: para facilitar los u$s 15.000 millones restantes del programa, que podría impulsar la unificación cambiaria y el levantamiento del cepo, el BCRA debe reposicionar las cotizaciones. Sin devaluación y un cambio en las dinámicas de acumulación de reservas, no hay dólares. El tipo de cambio real se encuentra ya por debajo del recomendado por Georgieva & Co. Con una devaluación administrada que pedalea a una velocidad del 2% mensual (crawling), la inflación se desplaza al 15% llevando a una apreciación rápida. Este diagnóstico cabe, incluso, a los tipos de cambio efectivos superiores al oficial como sin el importador (suma impuesto PAIS de 17,5%) y exportador (80% al oficial-20 CCL). Lo mismo aplica para un sector de los agroexportadores, que evalúan la próxima liquidación.

La dinámica del déficit cero

Como ya se ha dicho en esta columna, la otra dinámica fallida es la del déficit cero. Al buscar quitarle presión a la inflación generada por la devaluación y el reacomodamiento de los precios relativos, el ministro Caputo ha inducido a una recesión que está en vías de transformarse en depresión económica. La resultante es una caída en el nivel de recaudación que lógicamente le agrega un desafío al Gobierno cada vez que quiera registrar un nuevo superávit financiero. En los hechos, el Gobierno debe hacer nuevos recortes y ajustes para acomodarse a los menores ingresos fiscales. ¿Qué futuro puede tener esta ecuación si el Gobierno debe cederle los recursos que le corresponden a las provincias y que le han servido hasta aquí para llegar al superávit? ¿Qué superávit podrá conseguir el Gobierno si deberá, tarde o temprano, girarles recursos a jubilados y pensionados que hasta ahora han representado más del 35% del ajuste realizado?

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