Durante una audiencia pública para debatir el nuevo sistema de subsidios energéticos, funcionarios de la Secretaría de Energía de Argentina anunciaron que el país dejará de importar gas natural de Bolivia a partir de octubre. Esta decisión marca el fin de un contrato que inició en 2006 y se espera que reduzca la dependencia del país de las importaciones de gas boliviano.

El anuncio fue realizado por el funcionario de la Secretaría de Energía, Fernando Solanet, quien detalló las fuentes y costos del gas natural consumido en el país. Solanet destacó que la importación de gas de Bolivia disminuirá a cero a partir de octubre, con la firme intención de que esta medida sea permanente.

El plan presentado por Solanet incluye estimaciones del sistema de gas para el año en curso, abordando tanto la producción nacional a través del Plan Gas.Ar como las importaciones previstas de Gas Natural Licuado (GNL) por barco y las de Bolivia. A pesar de que el contrato de importación entre Enarsa y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) finaliza el 1 de julio, el gobierno tiene previsto continuar con las importaciones hasta el 30 de septiembre debido a demoras en las obras de la Reversión del Gasoducto Norte.

La Reversión del Gasoducto Norte, originalmente programada para mayo, aún está pendiente de la adjudicación de uno de los tres renglones en los que se dividen los trabajos. Según el esquema previsto por el gobierno, las importaciones de Bolivia se mantendrán en julio, agosto y septiembre, con volúmenes de 4,5 millones y 2,4 millones de metros cúbicos por día, respectivamente.

Esta decisión implica que las provincias del norte de Argentina empezarán a recibir gas de la Cuenca Neuquina y Vaca Muerta, sustituyendo las importaciones. El gas de Neuquén solo llegaba hasta el centro del país, pero con la conclusión de la Reversión del Gasoducto Norte, se espera una transformación significativa en la matriz energética de Argentina.