Rafaela se convirtió en un polo exportador, con decenas de empresas operando en comercio exterior. Exportar es crecer a partir de la inversión, y con ello se generan más y mejores empleos.

Hay empresas que siempre exportaron, que conocen el abc del comercio exterior desde hace años o décadas. Hay otras que entran y salen del mercado internacional porque hay factores que a veces juegan a favor, y otras en contra, tanto a nivel nacional como mundial. Una pandemia puede cambiar las cosas. Una guerra también. Y ni hablar la falta de estabilidad en el sistema de reglas económicas y jurídicas de la Argentina. También hay compañías que crecen hasta que un día asoma una oportunidad para vender sus productos y servicios fronteras afuera, por lo tanto deben iniciar un camino de aprendizaje para cerrar su primera exportación.
Cada empresa internacionalizada tiene su propia historia que contar respecto al comercio exterior. Y hoy celebran el Día de la Exportación junto a todo el ecosistema de servicios vinculado a la actividad, desde despachantes de aduanas hasta los propios funcionarios del organismo encargado de controlar y autorizar la papelería.
Precisamente, el Día de la Exportación se conmemora hoy debido a que, por decreto del día 6 de noviembre de 1809, se permitió la introducción de mercaderías extranjeras en el Virreinato del Río de la Plata, siempre que fueran consignadas a comerciantes españoles. Los productos competitivos con los del país tuvieron un recargo del 12%.
Al mismo tiempo, quedaba prohibida la importación de vinos, vinagres y aceites y se negaba todo permiso para extraer oro y plata. El libro de Mariano Moreno “Representación de los hacendados”, escrito en 1809, denunció las restricciones comerciales impuestas por España a sus colonias sudamericanas y a partir de ese momento inspiró las transformaciones al marco legal de las colonias. Esto es que se flexibilizaba el monopolio comercial existente con la corona española.
El malestar por los cepos a la actividad comercial fue uno de los componentes que impulsó, seis meses después, la Revolución de Mayo de 1810 y la formación del primer gobierno patrio.
A partir de estos antecedentes, el 6 de noviembre de 1942, el presidente Ramón Castillo instituyó esa fecha como Día de la Exportación argentina.
Rafaela, desde su potencia productiva en especial en los sectores alimenticio y metalmecánico, se ha convertido en un polo exportador desde hace décadas. La Cámara de Comercio Exterior (Cacex) reúne a empresas de la ciudad y la región que venden parte de su producción al exterior, por lo que anualmente presenta estadísticas respecto a la actividad. Los últimos datos muestran que en 2021 las exportaciones rafaelinas alcanzaron 91 destinos por un total de 575 millones de dólares, con un crecimiento por encima del 20 por ciento respecto del 2020. Y además informó que las ventas externas entre enero y septiembre de 2022 alcanzaban los 481 millones de dólares, con una proyección al final de ese año de 642 millones.
Como la Argentina transita actualmente una crisis de magnitud, el debate en las mesas políticas y de producción coinciden en que la solución radica en un aumento sostenido de las exportaciones que derivará en el ingreso de dólares genuinos al país, con los cuales se pueden pagar los compromisos por la deuda externa, las importaciones del sector privado y fortalecer las reservas del Banco Central.
Por tanto, es necesario promover el trabajo conjunto entre el sector público y privado para impulsar las exportaciones de productos y servicios argentinos al mundo. En tal sentido, es clave el rol de las negociaciones comerciales internacionales para lograr la apertura de más mercados con reglas claras para promover inversiones. Eliminar retenciones, sostener reglas de juego y no frenar exportaciones de carnes, cereales o lácteos en función de las distorsiones de la economía nacional o las necesidades políticas de un gobierno constituyen las medidas básicas para aumentar las ventas argentinas al mundo y favorecer la inversión.
A modo de cierre, se destaca el simpático mensaje en redes sociales de Panificadora Colsani, que compartió su alegría por cerrar la segunda exportación a lo largo de su historia de más de 100 años de actividad comercial. José Colsani anunció el envío de productos de la empresa, los célebres panettone, a Uruguay. Y dejó un mensaje: "En el mercado internacional hay como un refrán que dice que para que tu marca sea internacional no alcanza con una exportación, tenés que hacerlo como mínimo dos veces. Hoy entonces es el día en que Colsani se transforma en una marca internacional".
Para celebrar esta segunda operación de comercio exterior, y a partir de su concepto de empresa de familia, la quinta generación de los Colsani se encargó de paletizar las cajas con los panettone que viajarán rumbo a Montevideo.