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16/02/23 | Internacional

驴Freno a la globalizaci贸n? El estancamiento del comercio internacional

Image Por 脕lvaro Merino

芦驴Qui茅n dice que Estados Unidos no puede volver a liderar al mundo en la fabricaci贸n de bienes? [鈥 No voy a pedir perd贸n por invertir en reforzar a Estados Unidos禄. El presidente norteamericano, Joe Biden, aprovech贸 el Discurso sobre el Estado de la Uni贸n de 2023 para confirmar su giro proteccionista y sacar pecho por su defensa de la industria nacional, una estrategia que ech贸 andar con Donald Trump y que el presidente dem贸crata ha llevado a cotas inimaginables hace unos a帽os.

El 铆ndice de globalizaci贸n 鈥攅ntendido como el porcentaje que suponen las importaciones y exportaciones internacionales sobre el PIB global鈥 alcanz贸 el 61% en 2008, un m谩ximo hist贸rico tras d茅cadas de crecimiento impulsado principalmente por Washington. A partir de ese momento, y coincidiendo con el inicio de la crisis financiera, el modelo ha dado s铆ntomas cada vez m谩s evidentes de agotamiento: en 2021, tras recuperarse del golpe de la pandemia, el indicador alcanz贸 solo 57% y confirm贸 el estancamiento del comercio internacional durante los 煤ltimos 15 a帽os.

A base de derribar fronteras, aranceles y cuotas, Estados Unidos apuntal贸 desde el final de la II Guerra Mundial su posici贸n como primera primera potencial global y convirti贸 a sus empresas en gigantes internacionales con presupuestos similares a los de pa铆ses enteros. La ca铆da del muro de Berl铆n y el desmantelamiento de la Uni贸n Sovi茅tica aceleraron ese proceso y extendieron la deslocalizaci贸n industrial y la globalizaci贸n del comercio al resto de polos industriales hist贸ricos 鈥擡uropa, Jap贸n o Australia鈥.

En el cambio de milenio, sin embargo, apareci贸 China. El gigante asi谩tico pas贸 de ser uno de los grandes destinos de la mudanza de empresas occidentales a convertirse en la f谩brica del mundo en apenas un pu帽ado de a帽os: Pek铆n ingres贸 en la Organizaci贸n Mundial del Comercio (OMC) en 2001 y en 2011 ya se hab铆a convertido en la segunda econom铆a global. Gracias a una mano de obra inmensa, barata y , China inund贸 los mercados internacionales de productos de escaso valor a帽adido y gener贸 din谩micas de dependencia del resto del mundo hacia sus cadenas de producci贸n. La escasez de mascarillas a comienzos de la pandemia es un buen ejemplo.

Lo m谩s rese帽able de ese proceso es que China consigui贸 convertirse en el proveedor de bienes del mundo a la par que redujo el peso del comercio internacional en su econom铆a. Tras su entrada en la OMC, Pek铆n experiment贸 un vertiginoso aumento de sus compras y ventas internacionales 鈥攑as贸 del 39% del PIB al 64% en cinco a帽os鈥, pero ese crecimiento del comercio internacional toc贸 techo en 2006 y en 2021 su 铆ndice de globalizaci贸n particular se situ贸 en el 37,5%. Durante esos quince a帽os su econom铆a se multiplic贸 por seis, un crecimiento muy vinculado al fortalecimiento de la demanda interna.

Estados Unidos, por el contrario, sigui贸 aumentando su dependencia del exterior hasta 2011, cuando sus importaciones y exportaciones llegaron a equivaler el 31% de su PIB. Es un peso menor que el de China, pero en su caso los flujos de entrada de mercanc铆as superan a los de salida 鈥攅s el mayor importador de bienes del mundo, entre ellos coches, ordenadores o medicamentos, pero el segundo exportador鈥. El caso de la Uni贸n Europea es distinto: lejos de frenar la importancia del comercio en su esquema econ贸mico, el grupo comunitario ha seguido aumentando su dependencia del exterior hasta pr谩cticamente igualar el valor de su producci贸n de bienes y servicios anual 鈥93% en 2021鈥. A su favor juega el equilibrio entre compras y ventas que le caracteriza, aunque en los 煤ltimos a帽os la importaci贸n de energ铆a est谩 rompiendo esa balanza.

La guerra comercial que abri贸 Estados Unidos en 2018 con China fue un punto de inflexi贸n. Estados Unidos se dio cuenta de que externalizar la producci贸n de ciertas materias clave debilitaba su dominio geopol铆tico y hac铆a vulnerable su industria. El 芦America first禄 de la Administraci贸n Trump pretend铆a favorecer la producci贸n nacional a base de aranceles a los bienes chinos y restricciones a la exportaci贸n de ciertos tipos de software. Joe Biden ha ido un paso m谩s all谩: adem谩s de vetar el acceso de China a su industria de microchips, va a subsidiar a aquellas empresas que acometan inversiones verdes en su territorio.

El objetivo no es otro que hacer regresar a aquellas compa帽铆as estadounidenses que un d铆a hicieron las maletas en b煤squeda de mano de obra barata. Un modelo proteccionista que China lleva a帽os implementado a trav茅s de un f茅rreo control empresarial. Ahora la obligada a mover ficha es la Uni贸n Europea: mientras las dos primeras potencias mundiales vuelven la cara a la globalizaci贸n, el equilibrio del comercio internacional del Viejo Continente 鈥攜 la competitividad de su industria鈥 puede convertirse en un problema de dif铆cil soluci贸n en apenas unos a帽os.

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