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21/01/23 | Internacional

Porqu茅 la Organizaci贸n Mundial de Comercio est谩 sentada en el banquillo de los acusados

Image C脫RDOBA.- La decisi贸n de Estados Unidos de no acatar los fallos de la Organizaci贸n Mundial de Comercio (OMC) en su contra en cuatro casos diferentes por los aranceles impuestos al acero y al aluminio durante la presidencia de Donald Trump en 2018 y que siguen, reactualiz贸 el debate que hay en torno al rol de la instituci贸n y a la par谩lisis que existe en la instancia de apelaciones ya que no hay jueces designados. Los expertos tienen opiniones divididas respecto de la utilidad del organismo tal y como funciona y plantean que se debe avanzar en una reforma. La coincidencia es que el vacilante compromiso de Estados Unidos con el multilateralismo juega un rol clave en los problemas.

La OMC est谩 integrada por 164 pa铆ses (hay 23 m谩s que quieren unirse), fue creada en 1995 y, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, signific贸 la mayor reforma del comercio internacional. Julieta Zelicovich, doctora en Relaciones Internacionales y docente de la Universidad Nacional de Rosario, plantea que el proceso que atraviesa la organizaci贸n hay que entenderlo en un proceso hist贸rico que se aceler贸 en los 煤ltimos a帽os.

A diferencia de otros organismos internacionales, la estructura de la OMC no es externa a los pa铆ses miembros, su secretariado est谩 integrado por representantes de los gobiernos; no hay penalidades ni plazos ni se crean derechos. En los procesos de soluci贸n de controversias lo que se eval煤a es si las pr谩cticas est谩n en conformidad con las reglas de la instituci贸n. S铆 hay una instancia de apelaci贸n que es, precisamente, la que no funciona desde hace m谩s de tres a帽os.

El procedimiento de soluci贸n de diferencias que se aplica en el organismo incluye diferentes etapas: consultas; buenos oficios, conciliaci贸n y mediaci贸n; establecimiento y constituci贸n de Grupos Especiales; informe del Grupo Especial; fase de apelaci贸n; adopci贸n del informe por el 脫rgano de Soluci贸n de Diferencias (OSD); implementaci贸n de las recomendaciones y resoluciones de los informes y arbitraje.

Desde la creaci贸n de la instituci贸n hasta 2020 -seg煤n datos de un reporte de los expertos Ricardo Arredondo y Leopoldo Godio- se iniciaron 551 procedimientos de los que particip贸 el 65% de los miembros, sean como reclamantes, demandados o terceros. Estados Unidos y la Uni贸n Europea son los principales usuarios del mecanismo, aunque los pa铆ses en v铆as de desarrollo cada vez usan m谩s al mecanismo de soluci贸n de diferencias.

Las disputas comerciales en las que interviene la OMC se centran en diferendos por acuerdos que los pa铆ses firmaron no respecto a una regla establecida por la organizaci贸n. Una vez que la instituci贸n eleva su informe el actor advertido puede cambiar su norma interna y adecuarla al acuerdo o no cumplir. En ese caso, el otro tiene derecho a sacarle beneficios comerciales por el monto equivalente al que fue afectado.

鈥淓l 90% de las decisiones se cumplen -dice Zelicovich-. Trump cambi贸 el enfoque de la OMC y empez贸 a negarle el consenso a la aprobaci贸n de los miembros del 贸rgano de apelaciones entendiendo que se hab铆an 鈥榚xcedido鈥 en sus funciones. No quedaron integrantes con mandato y entonces, aunque los pa铆ses miembros tienen derecho a apelar, no hay quien resuelva y los temas quedan en un limbo jur铆dico鈥.

Por supuesto, el problema requiere de una 鈥渟oluci贸n urgente鈥 m谩s all谩 de que la OMC haga 鈥渙tros aportes鈥 al comercio mundial como dar 鈥渢ransparencia y previsibilidad鈥, apunta la experta, quien agrega que en el 煤ltimo encuentro del G20 hubo una reuni贸n lateral para tratar el tema, cuyas actas son confidenciales. 鈥淗ay una negociaci贸n en curso -a帽ade-. La OMC tambi茅n es un espacio de disputa de poder; hoy no est谩 en su mejor momento; hay que aggiornar reglas y pr谩cticas a un nuevo poder internacional pero no se debe perder de vista que sin su existencia este mundo ser铆a m谩s costoso鈥.

Es crucial en el debilitamiento de la instituci贸n la quita de apoyo que le hizo Trump y que no modificaron ni Barak Obama ni Joe Biden. A esa realidad se le suma, seg煤n Marcelo Elizondo, un 鈥渋nconveniente de legitimidad鈥 como define al hecho de que el mundo avanza hacia una 鈥渄esinstitucionalizaci贸n, des universalizaci贸n鈥 mientras que la OMC est谩 concebida para un mundo institucionalizado. Indica que la tendencia es 鈥渉acia regiones; no hay nacionalizaci贸n pero la internacionalizaci贸n es entre grupos de afinidad鈥.

Tambi茅n aporta que la OMC regula el comercio de bienes f铆sicos, el m谩s tradicional, cuando el intercambio evoluciona hacia los intangibles, que 鈥渕uchas veces no est谩n registrados鈥. 鈥淣o hay incentivo para volver al pie si la organizaci贸n queda descuadrada鈥, subraya y menciona que los estudios internacionales remarcan que m谩s de la mitad del comercio internacional de cada a帽o son servicios, 鈥減or lo que la metodolog铆a para regular, describir y evaluar鈥 de la OMC es 鈥渧ieja鈥.

Un trabajo de Zelicovich define como 鈥渃risis del sistema multilateral de comercio鈥 al bloqueo de la OMC para ser foro para las negociaciones entre sus miembros y aporta que tanto factores pol铆tico-ideol贸gicos como del propio dise帽o institucional explican la 鈥渋mposibilidad de concretar nuevos acuerdos鈥 que sean a la vez 鈥渕ultilaterales y significativos鈥 para las relaciones comerciales internacionales.

Federico Villegas, representante permanente de la Argentina entre organismos internacionales en Ginebra, entre los que est谩 incluida la OMC, coincide en la preocupaci贸n por la falta de funcionamiento del 谩rea de apelaciones. Comenta que en la 煤ltima reuni贸n 鈥渕inisterial鈥 -se realizan cada dos a帽os- no se alcanzaron todos los logros esperados, pero s铆 algunos 鈥渋mportantes鈥 como un acuerdo de pesca 鈥渕uy importante por la Argentina, incluyendo la cl谩usula de salvaguarda鈥 para Malvinas.

Aunque la Argentina participa con 0,4% en el comercio muncial, lo hace con 7% de los casos de controversias (en 22 casos el pa铆s es demandante y en 32 es tercera parte): 鈥淪omos usuarios importantes y estamos entre las 120 naciones que vienen reclamando que el esquema de apelaciones entre en funcionamiento, pero hasta ahora no lo hemos logrado鈥.

Villegas sostiene que para Estados Unidos el sistema de apelaciones 鈥渟e excedi贸鈥 en sus funciones y que la expectativa es que sea 鈥渃omponedor entre las partes鈥. Con todo, no hay una propuesta concreta, pero s铆 participan de las reuniones.

鈥淧ara la Argentina es muy importante que funcione -agrega-. Un grupo de pa铆ses creo un sistema multilateral de 谩rbitros y cada uno se compromete a aceptar las decisiones. Nosotros, como la mayor铆a, no participamos. Para la Argentina tener un sistema multilateral cierto es muy importante y por eso trabajamos intensamente para que la OMC vuelva a estar a pleno鈥.

Los tiempos cambiaron
El docente de la Universidad Siglo 21 y experto en Relaciones Internacionales, Carlos Savi, reconoce que la OMC, desde su creaci贸n hace un cuarto de siglo, cumpli贸 funciones 鈥渟贸lidas鈥 y arm贸 protocolos que todav铆a tienen plena vigencia, pero 鈥渘o se aggiorn贸 a los cambios profundos de la distribuci贸n de los bloques econ贸micos; conserva una estructura acad茅micamente perfecta pero que no bajan a la realidad鈥. A su entender, la instituci贸n requiere de una 鈥渁gilidad muy fuerte鈥 para que pueda sostenerse como referencia.

鈥淓n esta situaci贸n los pa铆ses buscan otras alternativas y eso es lo peor -describe-. Echan mano a la OCDE que tiene m谩s efectividad; hay un resurgimiento de los comit茅s del G7 y el G20. Los actores del comercio internacional demandan soluciones a mediano y corto plazo y la OMC parece que sigue fuera de ritmo. Los pa铆ses no tan desarrollados la usar谩n cuando les convenga y los m谩s avanzados, fortalecer谩n otras v铆as鈥.

A modo de ejemplo Savi indica que la organizaci贸n empez贸 a trabajar sobre la inserci贸n de la mujer en el comercio y sugiere crear programa a largo plazo; con temas de medio ambiente 鈥渟ucede algo parecido鈥. 鈥淓s como que no hay un padre que fije las pautas y los hijos quedan librados a su propia decisi贸n鈥, sintetiza.

El economista argentino Eugenio D铆az Bonilla, parte del Instituto Interamericano de Cooperaci贸n para la Agricultura (IICA), analiza que en los 煤ltimos a帽os la OMC es criticada no solo por los Estados Unidos y la Uni贸n Europea, sino tambi茅n por los pa铆ses 鈥渕谩s aislacionistas y proteccionistas鈥.

鈥淒esde distintas miradas es un poco la misma percepci贸n; aunque la organizaci贸n es diferente parece contagiada por la gran desconfianza que hay sobre entidades internacionales manejadas por bur贸cratas que no eligi贸 nadie. La derecha y la izquierda de los desarrollados tienen una visi贸n fundamentalista de la autonom铆a, la idea de 鈥榥o se metan conmigo鈥, mientras que a los m谩s chicos le conviene que haya ciertas reglas鈥.

Para D铆az Bonilla hay varios aspectos que se pueden mejorar. Entiende que el organismo deber铆a trabajar con 鈥渁n谩lisis m谩s detallados鈥 que colaborar铆an a mejorar los mecanismos de negociaciones. Grafica con que, en el 谩mbito agropecuario, no es lo mismo los grupos de pa铆ses con grandes superficies explotadas que aquellos que tienen productores de dos hect谩reas o menos. 鈥淚ncluso hay que contemplar hasta casos como Indica que tiene millones de productores con peque帽as superficies pero con un impacto enorme en el comercio mundial. Se debe mejorar ese an谩lisis鈥, sintetiza a la vez que insiste en que la OMC 鈥渁yuda a la transparencia鈥.

Desde la consultora Abeceb, Soledad P茅rez Duhalde, plantea que hay que entender cu谩les son los or铆genes de los problemas ya que al comienzo era 鈥渕uy aplaudida鈥 porque sum贸 a los menos desarrollados y temas de comercio que no eran contemplados por el GATT, al que reemplaz贸.

A su criterio, un inconveniente es la unanimidad que caracteriza a las tomas de decisiones: 鈥淣o se puede ir a que tenga el peso el que m谩s poder tiene, pero al final es lo que termina ocurriendo, pero a medida que se fueron agregando pa铆ses el consenso total se torna m谩s complejo鈥.

El otro punto d茅bil que marca la economista es la 鈥渕ulti polaridad de temas complejos en una agenda cada vez m谩s amplia; se agregan aspectos como intangibles, servicios, una multiplicidad de 谩reas imposibles de abarcar tal como est谩 organizada鈥 hoy la instituci贸n.

Gabriela Origlia

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