Paula Urien

Diferentes actores del comercio internacional aplican medidas para adherirse a las sanciones implementadas por países y organismos ante la sangrienta avanzada rusa sobre Ucrania.

La economista de Fiel, Marcela Cristini, explica que “la mayoría de los países que integran las Naciones Unidas se pusieron de acuerdo para implementar sanciones económicas que acompañen una asistencia a Ucrania, pero sin una intervención directa. Hoy hay un equilibrio tan precario que asusta, porque Rusia es la segunda potencia mundial en términos nucleares. Esta situación, impensada, es un cisne negro, nadie se lo esperaba”, dice. Por otro lado, asegura que “Rusia es una potencia en fuerte declinación, con ingresos per cápita semejantes a los de la Argentina. La penalización económica es importante, no afecta solo a los ricos sino a todo el país”.

Desde la Organización Mundial del Comercio, su directora, Okonjo-Iweala, advirtió que las implicancias de esta guerra sobre el comercio internacional, especialmente en materia de agricultura y alimentos, además del aumento del precio de la energía, tendrán serios efectos en la población.

A la disparada de los precios de las commodities, se suman metales como el oro y el paladio, usado por las automotrices para los convertidores catalíticos que frenan las emisiones.

Se van sumando entonces medidas que pretenden frenar la violencia aplicando restricciones a la economía rusa. Con incidencia directa en lo que entra y sale del país el conglomerado danés AP Moller-Maersk, dueño de Maersk Line, uno de los principales operadores de transporte marítimo de mercancías, comunica en su página web la suspensión de reservas para el transporte hacia y desde Rusia y también Ucrania, con la excepción de alimentos e insumos médicos.

Sin embargo la compañía va más allá. Según informa DPA, el gigante danés informó que, a la luz del conflicto actual entre Rusia y Ucrania, la empresa se prepara para cumplir con las sanciones y restricciones “en constante evolución” impuestas contra Rusia. También el armador francés CMA.CGM, de transporte de contenedores, anunció que dejará de prestar servicio en los puertos de Rusia. La empresa francesa comunicó la suspensión de nuevos pedidos con procedencia y con destino a los puertos de Rusia. En la misma línea están otros operadores.

Al respecto, Julio Delfino, presidente del Centro de Navegación, afirma que “ante la intempestiva agresión de Rusia a Ucrania, se vio afectado el comercio internacional, dejando miles de contenedores en puertos cercanos a la espera de soluciones del conflicto (incluyendo carne y fruta de exportadores argentinos). A la fecha, las navieras redoblaron esfuerzos buscando evitar el desabastecimiento esencial de alimentos e insumos médicos claves. El cierre de oficinas y puertos comerciales, no es mas que una consecuencia directa de esta condenable y absurda guerra, la que no permite garantizar la mínima seguridad para la gente en operaciones de carga y descarga de mercaderías”.

La lista de las empresas que se pliegan a las sanciones es interminable: Boeing, Exxon Mobil, Airbus, Apple, Ford, Harley- Davidson, Honda, Mazda, entre muchas otras, que restringen operaciones con Rusia. Netflix, por ejemplo, se niega a la nueva ley audiovisual de Rusia, que obliga a los servicios de streaming con más de 100.000 usuarios a emitir 20 canales de televisión rusos que incluyen propaganda. Además, las conexiones aéreas y bancarias soviéticas se vieron severamente reducidas. Es marginada de competencias deportivas y del mundo del entretenimiento. Su vodka podría dejar de ser vendido en varios estados de Estados Unidos, y sigue la lista, que se actualiza minuto a minuto.

Energía
Cortar con la importación de gas desde Rusia también es una prioridad para distintos países europeos, aunque con más o menos restricciones. Por ejemplo, la construcción de un gasoducto submarino entre Noruega y Polonia para reducir la dependencia de Varsovia del gas ruso se reanudó luego de haber su suspensión por motivos ambientales.

La información actual, siempre sujeta a cambios, indica que Alemania va por el mismo camino, y la compañía germano-rusa Nord Stream 2 se declaró insolvente tras la suspensión de la certificación por parte de Alemania del gasoducto como represalia por la invasión rusa de Ucrania. Por otro lado, los operadores estadounidenses de los mayores centros petroleros del país suspendieron con cautela las importaciones de las empresas rusas, a pesar de que el Gobierno afirma que las ventas de crudo no son el objetivo de las sanciones.

Con más firmeza, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, anunció el veto de las importaciones de petróleo rusas, y afirmó que los ingresos de esa industria permiten que se realicen acciones como la actual invasión a Ucrania.

El factor China
Hasta ahora China seguirá con “una normal cooperación comercial basada en el espíritu de respeto recíproco, igualdad y mutua ventaja”, dijo el portavoz de la cancillería de Pekín, al ser consultado sobre las sanciones occidentales contra Moscú. Wang Wenbin reafirmó que las sanciones internacionales no tendrán consecuencias en el intercambio comercial chino-ruso. También advirtió que China espera no recibir sanciones por seguir comerciando con Rusia.

De hecho, China se abstuvo en la última Asamblea General de la ONU de respaldar una resolución que deplora la invasión rusa a Ucrania y exige a Moscú que “ponga fin de inmediato al uso de la fuerza”. Hubo 141 países que respaldaron esta iniciativa, 34 se abstuvieron y 5 votaron en contra, entre ellos, Rusia y Bielorrusia.

“China juega en un escenario de convergencia con Rusia, no de alianza, porque no ha apoyado la invasión militar, pero sí está cerca de Rusia en el resto de los asuntos, entre ellos económicos”, afirma el especialista en negocios internacionales Marcelo Elizondo. “Tienen una alianza que llaman “sin límites”, a través de la cual seguramente le compren gas”, agrega.

¿Se podrían triangular compras de insumos a través de China? “Si se hiciera -afirma el economista- se generarían muchos costos adicionales y esto le quitaría mucha competitividad a Rusia. Tendría que usar el sistema financiero chino para cobrar y pagar, pero además esto saltaría en terceros mercados que podrían inhabilitar esas operaciones de triangulación”, sostiene.

Compras y ventas argentinas
Según datos del Indec de 2021, la Argentina le compra a Rusia gasoil por US$49 millones anuales; productos químicos y otros productos pero, por lejos, lo que más compró en 2021 fueron vacunas, por US$220 millones.

Le vende distintas carnes y cortes varios y merluza congelada, ésta última por un valor de US$23 millones, además de muchos otros productos de la pesca. También se destaca la muzzarella por US$15 millones y quesos de pasta dura por US$35 millones, entre otros. Además, peras por US$42 millones, limones por US$22 millones y naranjas por US$7 millones, entre otros productos regionales como manzanas y ciruelas, además de vinos.

Para Cristini, la Argentina tiene que alinearse con sus iguales a la hora de implementar una estrategia con Rusia. “Pensemos qué hace América del Sur, más allá del Mercosur, porque sabemos que la conversación con Jair Bolsonaro es difícil. Es imposible desentenderse de Europa: la discusión quedó saldada porque en la ONU la posición generalizada de los países fue en contra de la invasión”.

Por otro lado, asegura que las sanciones que pudiera ponerle Rusia a la Argentina no serían muy relevantes porque “los productos que le vendemos pueden fácilmente encontrar nuevos mercados”, aunque recomienda apoyar económicamente a las economías regionales durante la transición”.